Ya hice el relato corto con las palabras de Athena (piedra, magnético) y Judith (independiente) para el reto vuestras consignas, mi relato.
La muñeca
Había muchos regalos para elegir, pero yo no estaba conforme con
ninguno de ellos. Demasiadas tonterías de piedra y madera, algún juego
magnético, cajitas y artículos de decoración, pero nada único y especial
para regalarle a mi pequeña. Entonces se abrió la puerta de una zona de
acceso restringido que parecía funcionar de forma independiente al
resto de la tienda y vi el artículo perfecto: una preciosa muñeca de
porcelana. La cogí e intenté pagarla en caja, pero la dependienta me
dijo que no estaba capacitado para poseerla y la puso fuera de mi
alcance. No obstante, yo no me rendí: en cuanto se despistó, dejé un
billete sobre el mostrador, cogí la muñeca y la llevé a casa para
envolverla.
Fue, efectivamente, el regalo perfecto: a mi hijita le
encantó. No obstante, no fui yo quien recibió su sonrisa y su abrazo de
agradecimiento, sino el demonio que, oculto en el objeto, había esperado
a que un incauto como yo se hiciera con él y ahora poseía mi cuerpo
mientras yo observaba todo, horrorizado, desde los ojos sin vida de la
muñeca.
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