Otro relato hecho con palabras olvidadas, esta vez cogí cuatro que empezaban por i: ilustre (De distinguida prosapia, casa, origen, etc. Insigne, célebre), indecoroso (Que carece de decoro, o lo ofende), indómito (No domado. Que no se puede o no se deja domar) e iracundo (Dicho de una persona: Que tiene o muestra ira).
Chantajes, venenos y enamoramientos
palabras diseñadas por @davidcasado, @SoniaF, @ferranlafu e @ivanaguado. |
Había pillado al ilustre conde de Marandas en un lugar indecoroso haciendo cosas impropias de su distinguida ralea y iba a aprovecharse de ello. Así pues, puso precio a su silencio: el indómito primogénito de conde (heredero de su grandísima fortuna) debía casarse con su hija. El noble no tuvo más remedio que aceptar, y el chantajeador sonrió satisfecho, ya que ella nunca hubiera conseguido tan buen partido por sí misma. Aun así, temía que el iracundo heredero, en vez de plegarse con docilidad a los deseos de su padre para no perder su estipendio anual, intentaba atentar contra él, y no se tranquilizó hasta que se formalizó el compromiso.
Lo que no tuvo en cuenta era que la verdadera amenaza vendría desde dentro: su propia hija, que había sido educada en el odio hacia su padre por una madre que se había visto forzada a un matrimonio sin amor, conspiró con su prometido para que este le proporcionara los fondos necesarios con los que comprar un potente veneno, que le administró una semana antes de la boda.
Muerto el padre, la excusa del luto hubiera sido suficiente para anular el compromiso. No obstante, él apreció la sangre fría con que ella había envenenado a su padre y a ella le gustó que él hubiera escuchado su plan y pusiera a su disposición todo lo necesario para llevarlo a cabo sin rechistar. Además, para qué engañarse, desde el primer momento había habido entre ambos una extraña atracción.
Así pues, aprovecharon el luto para conocerse mejor y, al finalizar, decidieron casarse, para disgusto del conde, que ya no veía necesidad de casar a su primogénito con una mujer de tan poca valía. Por suerte, ella fue muy previsora y se había asegurado de hacerse con las pruebas que condenaban a su futuro suegro, de modo que la boda siguió adelante y no tardaron en convertirse en el matrimonio más interesante de la alta sociedad.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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