Una foto de carnet
Necesitaba una fotografía de carnet urgentemente, pero no iba a ser nada fácil. Primero fui al fotomatón, pero me encontré con que la pantalla estaba cubierta por una repugnante masa gelatinosa que no estaba dispuesta a retirar. Así que me fui a la tienda de fotos y me encontré con que estaba cerrada por vacaciones. Al chino se le había estropeado la cámara y tampoco pudo sacármela, así que decidí ir a casa e imprimir aunque fuera una de las fotos del facebook que tengo con las amigas, enfocando sólo mi cara. Pero no funcionaba internet y no tenía las fotos guardadas en el ordenador. Corrí a casa de una de mis amigas, que resultó haber salido, y finalmente, derrotada, no tuve más remedio que coger el coche e ir a casa de mis padres, que daban una comida familiar de la que había hecho lo posible por librarme, para imprimirla desde allí. Al fin logré imprimirlas, después de una larga y aburrida comida, y abrí la cartera para guardarlas. Solté una maldición al ver en ella un par de fotos de carnet que había guardado para imprevistos tiempo atrás.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
K estres... M gusta^^
ResponderEliminarQue odisea! Me he agobiado al leerlo, pobre, al final no se ha escapado de la comida! Muy bien. Besos guapa
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