Tercer relato corto con las palabras que recibí en el último Vuestras consignas, mi relato. Para ver los que ya están hechos y los que me quedan podéis entrar aquí. Este relato debía estar compuesto de cuatro palabras: casa, viento, cactus y ornitorrinco. Y esto es lo que salió:
Un sábado por la tarde
La casa se mecía con el viento y fantaseó con que un tornado se la llevara lejos, con ella dentro, como si fuera una Dorothy moderna. Pero no, iba a ser demasiado pedir que algo la sacara de esa vida anodina en la que lo mejor que tenía que hacer un sábado por la tarde era regar su cactus y ver un documental sobre un ornitorrinco.
De pronto, sus plegarias fueron escuchadas cuando el árbol de su jardín se derrumbó sobre el jardín del vecino y, aunque hacía un tiempo terrible, este salió de su casa y llamó a su puerta con el objetivo de reclamar que arreglara la valla y le comprara un nuevo buzón.
Ella le observó mientras refunfuñaba: era demasiado mono para estar solo y aburrido en casa un sábado por la tarde. De pronto, se sintió mejor y se echó a reír, dejándole de lo más desconcertado.
—¿Quieres pasar a tomar algo? —le preguntó. Él apenas lo dudó un instante antes de decir que sí.
Horas después, se reían juntos de su soledad y la ahuyentaban con un beso que sería el primero de muchos más.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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