Cuidado con lo que deseas
«Ten cuidado con lo que deseas, porque lo cumpliré», había leído en el colgante mágico. Pero él no había tenido cuidado y había formulado su deseo de ser el capitán del barco por fin. Se cumplió, por supuesto, y por fin obtuvo el puesto que tanto creía merecerse.
No obstante, no había tenido en cuenta infinidad de detalles, como que no tenía ni idea de cómo leer las cartas de navegación, motivo por el cual había fijado un rumbo al azar. Ahora, tras varios días sin comida rodeados de mar y sin visualizar ni un pedacito de tierra con el catalejo, no podía arrepentirse más de su deseo, lamentando no poder formular más.
Su segundo error fue pasarle el colgante a otro de los marineros, con la idea de que pidiera su propio deseo, que por fuerza debía ser conseguir comida y agua potable. No obstante, el tonto lo que pidió fue tener más riquezas de las que pudiera acarrear, gracias a lo cual el barco se cargó tanto de tesoros que comenzó a hundirse sin remedio. Hicieron lo posible por tirar las riquezas por la borda, pero cada pieza que tiraban era inmediatamente repuesta y la situación resultó insalvable.
El tercer error fue obligar al marinero avaricioso a entregar el colgante a otro, cuyo deseo fue simplemente salvarse, en singular. Así pues, se quedaron en un barco que se hundía lentamente por el peso, sin comida, ni agua, ni esperanza.
Buen relato.
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