Con este nuevo año, toca buscar nuevos retos literarios. Los del año pasado del reto 1, como había anticipado, porque había de sobra, no los acabé
del todo. Y además he encontrado algunos resquicios que se pueden aprovechar para el reto de relatos ilustrados. Así que seguiré con los que quedan este año. Hay unos cuantos,
así que
tengo margen, y más ahora, que publico un relato cada dos semanas en vez
de cada semana. También complementaré con el reto de lanzamiento de datos y con el de las cartas fatum ^^.
Reto 1 heredado del reto del año pasado y con alguna nueva para este año (y para el siguiente)
-Escribe una ucronía.
-Tu protagonista ha recibido un paquete sin remitente. Haz una historia sobre qué piensa. ¿Se decidirá a abrirla?
-Construye un relato sobre un triciclo, un lazo y un medallón.
-Haz una historia romántica situada en el siglo XXVIII.
-Escribe un relato que pertenezca al género solarpunk.
-Escribe una historia que incluya un personaje que tiene un cuervo como mascota.
-Escribe un relato corto en el que un objeto inanimado cobre vida.
-Escribe un relato corto en el que un personaje viaje en el tiempo
Reto 2: Lanzamientos de dados
Este tampoco podía faltar, dada mi ingente colección de dados... Lo de
siempre, me grabaré en vídeo mientras los lanzo y luego haré un relato
corto basado en lo que salga.
Resultados del reto 2
(algunos lanzamientos de dados aparecerán antes de que el relato esté
publicado, porque grabo los vídeos y los programo con bastante
antelación)
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Reto 3: Cartas Fatum
Es un juego de cartas
que te permite crear tus propios personajes, con todo su bagaje,
motivaciones y relaciones. No suelo tener problemas para montar mis
personajes, pero me encantan los retos.
Hay dos formas de usar las cartas:
Para montar los personajes
Para generar también hilos argumentales, así que son complemento perfecto a
los retos literarios.
Aparte del mazo que me regalaron, el de Dark Myths y las expansiones, compré el GM oracle, así que tengo para rato.
Resultados del reto 3
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Reto 4: Relatos ilustrados
Haciendo limpieza en ordenadores viejos, encontré alguna que otra ilustración 3D aprovechable para el reto de relatos ilustrados, así que también voy a ponerme con estas.
Tuvimos la suerte de que nos dejaran hacer una visita express a Bayeux, donde vimos desde el bus el cementerio inglés y pudimos hacer una visita rapidísima a su maravillosa catedral. Tengo que volver, porque parece ser que hay auténticas joyas en esa ciudad, y se veía bonita.
Honfleur
La ultima parada del día fue Honfleur, un pueblo con un puerto medieval e iglesias de aspecto vikingo que me alucinaron. Una de ellas estaba abiertas y el interior de madera me dejó con la boca abierta.
Normandía - Bayeux, Honfleur, Rouen
Rouen
Empezamos el día siguiente en Rouen, una ciudad plagada de iglesias y catedrales de gótico flamígero que son una auténtica pasada.
Primero nos hicieron el tour guiado y entramos en la catedral, donde había una misa cantada preciosa, luego nos dieron tiempo libre, que aproveche para intentar entrar en algunas de las iglesias que habíamos visto de camino. En una no fue posible, pero en otra que parece que siempre está cerrada conseguimos entrar y además había un concierto de órgano y una exposición de impresionismo, así que quedé muy satisfecha. También vi la estatua de Rolo y la piedra con grabados rúnicos que dejó.
Un nuevo relato basado en un lanzamiento de dados, aquí se me puede ver lanzándolos:
Renunciar a la magia
Como todos los inviernos, el hada Blonda había perdido su magia. Para la mayoría de las de su especie, eso suponía un problema, pero para Blonda era una bendición. Nada le gustaba más que la alquimia, pero esta reaccionaba muy mal con la magia. Tan mal, que cualquier reacción química se volvía inestable y daba lugar a resultados de lo más extraños.
En invierno, cuando perdía su magia, solo tenía que preocuparse de que el polvo de hada que desprendían sus alas no entrara en contacto con las fórmulas. Por eso, pasaba toda la estación en el suelo, con sus alas bien tapadas y alejada de sus compañeras para que no se asustaran cuando las cosas explotaban.
Esa afición tan extravagante había hecho que las demás le dieran de lado, pero Blonda era feliz con sus experimentos y daría lo que fuera por renunciar a su magia y poder llevar sus experimentos a cabo durante todo el año. Por eso, cuando acabó el invierno y recuperó la magia, decidió comenzar un largo y peligroso viaje para buscar la manera de convertirse en una humana.
Tras muchas aventuras, por fin encontró a una anciana curandera que le ofreció una solución: si ambas tomaban a la vez la poción que había preparado, intercambiarían sus cuerpos. Blonda aceptó sin pensarlo, y solo cuando estuvo dentro del cuerpo de la humana se dio cuenta de que era vieja y que no tardaría en morir.
La humana, por su parte, se burló de ella y salió volando, dispuesta a gozar de su magia y de su inmortalidad. Blonda, sin embargo, no se rindió. Su alma era capaz de detectar dónde encontrar su verdadero cuerpo, y se acercaba el invierno. Por eso, cuando su enemiga perdió su poder, la capturó y la obligó a devolverle su cuerpo.
La curandera era ahora más grande y fuerte, pero Blonda había llegado al enfrentamiento preparada. Tenía su química y antes de ir en busca de su cuerpo había envenenado el que dejaría, haciendo más rápida la llegada de una muerte que ya llevaba tiempo acechando a esa anciana. Solo tuvo que activar unas cuantas trampas para evitar ser capturada hasta que el veneno hizo efecto y su enemiga dejó de ser una amenaza.
De vuelta a la normalidad, tuvo mucho tiempo para reflexionar y se dio cuenta de que renunciar a la magia era renunciar a su inmortalidad. Eso le dejaría un tiempo limitado para gozar de sus experimentos, mientras que si seguía siendo un hada tendría inviernos ilimitados para seguir con ellos. El resto del año sería tedioso, pero pensando a largo plazo merecía la pena ser un hada y podría hacer grandes avances en la alquimia.
Las otras hadas, sin embargo, no estaban dispuestas a perdonarle el peligro en que las había puesto a todas y la convirtieron en humana como castigo. Por muy joven que fuera su nuevo cuerpo, no era suficiente para hacer todos los experimentos que deseaba. No es de extrañar, pues, que cuando un hada se acercó a ella muchos años después buscando la forma de convertirse en humana, le ofreciera un intercambio de cuerpos.
La joya del viaje era el Monte Saint-Michel, al que dedicamos toda una mañana. Es una fortaleza coronada por una abadía en un entorno único, que ha conservado por completo el encanto medieval (aunque todo son restaurantes y tiendas de souvenirs carísimos).
Para llegar hay que tomar un autobús privado, aunque también se puede ir andando; es un bonito paseo que hice a la vuelta.
Lo primero que hicimos fue ir a la abadía. Con la entrada incluían una tablet con audioguía en la que podías ver cómo eran los policromados antes de que se perdieran, aunque los audios eran muy básicos. La abadía daba para un buen rato, pero también merece la pena explorar el pueblecito, la capilla de Juana de Arco y todo lo que había en el recinto amurallado.
Monte Saint Michel y Omaha beach
Localizaciones del desembarco de Normandía
Dedicamos la mayor parte de un día al tema del desembarco de Normandía. Primero fuimos a Omaha Beach; luego al Cementerio americano, un mar verde con tumbas interminables y monumentos que muestran los mapas del desembarco. El museo también es interesante, aunque no tuvimos el tiempo necesario para verlo bien.
Después salimos a Arromanches, donde está otra de las playas, Gold Beach, en la que los británicos hicieron el puerto artificial. Allí, preferí visitar la iglesia a ir al museo, y paseé por la orilla y el paseo marítimo, donde hay algunas armas de guerra originales.
El reto de hoy era hacer un relato en el que dos personajes se comunican solo mediante carteles.
Carteles en las ventanas
Estaban en edificios diferentes, pero Patricia y Jorge se podían ver perfectamente a través de la ventana. Se miraban frecuentemente, con disimulo. Hasta que Patricia vio cómo, cada vez que Jorge se levantaba de su sitio, uno de sus compañeros se levantaba y espiaba su ordenador. Entonces escribió el primer cartel y lo adosó a su ventana:
"SUSPENDE EL PC CUANDO DEJES TU PUESTO. TE ESPÍAN"
Jorge imaginó quién y por qué hacía eso, así que escribió un cartel con un "GRACIAS, VOY A PONER UNA TRAMPA", lo colocó en su ventana y escribió un documento con datos falsos que su compañero le robó, lo que condujo a su despido pocos días después. Entonces, puso en su ventana un cartel con una cara divertida y una imagen graciosa de agradecimiento.
La siguiente pareja de carteles fue más prosaica: "ME GUSTAN LAS FIGURITAS DE TU MESA", "Y A MÍ LAS TUYAS". Luego, intercambiaron imágenes de sus series favoritas.
Desde ese día, hubo mucho movimiento en sus ventanas, pero pronto los carteles se quedaron cortos, hasta que por fin Patricia se armó de valor y escribió su número de teléfono. Jorge no se lo pensó dos veces y la llamó. Desde entonces, solo hay un cartel en cada ventana: "TE QUIERO, LUEGO TE CUENTO".
Después de Concarneau, fuimos a Quimper, donde tuvimos suficiente tiempo
libre para pasear por todo el centro. En la catedral había un
maravilloso concierto de órgano, así que me quedé allí hasta que acabó y
desalojaron el templo. Luego, fui callejeando hasta una iglesia muy
bonita y paseé por los puentes, donde se hacen las clásicas fotos.
Pont-Aven
Después de comer tocó Pont-Aven, pueblo famoso por ser frecuentado por los
pintores impresionistas. Son un par de calles, pero muy bonitas, ya que hay interesantes vistas con el río y el pueblo tiene buen ambiente.
Bretaña francesa - Quimper, Pont Aven, Rennes y St. Malo
Rennes
Finalmente llegamos a Rennes y nos hicieron la visita planeada para el
día siguiente. Es una ciudad muy viva con casitas de entramado de
madera pero también edificios más modernos y señoriales debido a un incendio. La ciudad está repleta de historia y tiene ambiente estudiantil.
St. Malo
St. Malo lo visitamos al día siguiente tras el Monte Saint Michel. Es un
pueblo amurallado bonito, sobrio y elegante. Empecé rodeando el pueblo
subida a la muralla, luego callejeé y entré en la catedral, que tiene
una vidriera fabulosa.
Callejeando puedes echar un buen rato, pero aún así el tiempo libre era
más que suficiente y lo vi todo tranquilamente.
Nueva tirada de cartas Fatum. Esta vez, ha salido:
Un bardo que tiene sus orígenes en un lugar celestial y su background es un ser celestial. Es siervo de un descendiente de demonios y padre de un centauro. Su marca del pasado es que ayudó a una unidad de infantería pesada y su motivación es la traición
Derecho de conquista
El origen celestial de Cafael no le servía de mucho en el mundo terrenal. Más bien al contrario, ya que no podía desvelar su verdadera naturaleza y eso le relegó a ser poco más que un bardo gracias a su bella figura y a su voz extraordinaria.
Nada deseaba más que regresar al Reino Celestial. Se había esforzado, incluso se había mezclado con los mortales y había tenido un hijo secreto con una de las líderes de los centauros, pero no le dejaban regresar porque, según ellos, su misión no estaba completa. No obstante, nadie parecía dispuesto tampoco a explicarle en qué consistía la misión y se limitaban a decirle que siguiera su corazón.
Todo cambió cuando su señor de aquel momento, un general muy devoto, le pidió hacerse amigo de una unidad de mercenarios de infantería pesada que, sospechaba, pretendía amotinarse y tomar el control del ejército con fines oscuros. Cafael siguió las órdenes y trabó amistad con ellos. Tanta que, en vez de delatarles cuando se confirmaron sus sospechas, les ayudó a lograr sus objetivos.
No había hecho más que seguir su corazón, pero su enlace con el mundo celestial se cortó al instante y no le quedó más remedio que seguir a ese ejército mercenario de saqueo en saqueo, hasta que Lezgig, un medio demonio de gran poder, les contrató para engrosar sus fuerzas de ocupación.
Servir a un medio demonio era una traición al Reino Celestial, pero ellos le habían traicionado primero negándole su vuelta. Además, cuando hizo su propuesta, Lezgig le prometió que primero caería el mundo terrenal, pero que luego apuntarían más alto. Cafael no lo había dudado, estaba decidido a regresar. Si no era gracias al cumplimiento de su misión, sería gracias al derecho de conquista.
La ciudad de Vannes es muy interesante por sus casitas de estructura de madera, es una de esas ciudades con un casco histórico medieval en el que merece la pena perderse. En esta catedral sí que pudimos entrar aunque había partes que estaban en obras.
Golfo de Morbihan
Después de comer hicimos una excursión opcional al Golfo de Morbihan. Es el típico paseo en barco, el sitio es bonito, pero tampoco espectacular, aunque nuestro guía aderezó el viaje con muchos datos interesantes.
El cabo lo vimos más tarde desde tierra y me parece un espectáculo mucho más interesante que desde el agua, sobre todo al atardecer.
Francia - Vannes y Santa Ana de Aurai
Basílica de Santa Ana d’Aurai
Como la excursión estaba pasada de precio, decidieron completarla con una visita a la basílica de Santa Ana d’Aurai, uno de los lugares de peregrinación más importantes de Francia. La basílica no es especialmente grande pero tiene muchos detalles interesantes, igual que el entorno. En él hay una escalera sagrada y monumentos conmemorativos por la guerra.
Carnac y Concarneau
Carnac
Después, tocaba la parte no opcional, la visita a los alineamientos de menhires de Carnac. Nos llevaron no solo a la más conocida, sino también a otras de la zona, incluido un dolmen desnudo y el gran dolmen roto, del tamaño de un autobús. Es impresionante ver esas miles de estructuras megalíticas alineadas durante kilómetros y kilómetros.
Cornaceau
Empezamos el día siguiente en Concarneau, un precioso pueblo medieval amurallado y con puerto. Son apenas un par de calles y un parque gigantesco para pasear, pero merece la pena. Además, a primera hora de la mañana está bastante despejado. En este pueblo fue donde encontré los libros de Lupin, por cierto.
¡Ya no queda nada para lanzar No somos marionetas de los dioses! El Verkami está ya casi a punto, de hecho, ya hay una página de precampaña a la que te puedes apuntar para poder ser de los primeros en aportar como mecenas y ganar regalos exclusivos.
La consigna de hoy era escribir Un relato con pimiento, tentáculos y laboratorio
Una mejora de la especie
Le importa un pimiento lo que diga la ciencia. Los científicos no tienen ni idea. No es que no se pueda, es que no resulta ético. Y a él la ética se la repanpinfla. Por eso va a ser el primero en demostrar que se pueden combinar dos especies completamente distintas para dar paso a una versión mejorada de ambos.
Se imagina a sí mismo con tentáculos que le permitan desarrollar todo tipo de tareas sin la limitación de solo dos brazos. O con alas. Pero claro, no puede implantarse los órganos a sí mismo, tiene que probar con otros especímenes. Además, es complicado encontrar sujetos válidos. Por ejemplo, un ave que tenga unas alas tan grandes como para elevar a un ser humano. Aunque, quizás, si el ser humano no es muy grande...
El cóndor andino puede con un niño pequeño. Por eso, prepara dos jaulas en su pequeño laboratorio. Primero secuestra al niño, uno de tantos que hacen la ruta migratoria en solitario, nadie le buscará. Luego se cuela en el zoo para conseguir el cóndor y es ahí donde le pillan. Nunca pensó que se fueran a tomar en serio la pérdida de los animales que ha ido usando para sus experimentos.
Juega la carta del niño, si no le sueltan, morirá. Pero su laboratorio secreto no está tan bien escondido y pronto liberan al mocoso. Ya solo le queda jugar la carta de negociar con el gobierno. Sus creaciones acaban por rechazar los nuevos órganos, pero entre tanto son una mejora de la especie a la que se puede sacar provecho. ¿Qué no podría hacer con un laboratorio gubernamental bien equipado?
Sus divagaciones son ignoradas y acaba en un manicomio, pero no pierde la esperanza. Tarde o temprano, alguien con menos escrúpulos verá el potencial de sus experimentos. Por eso, cuando los revolucionarios acuden a rescatarle, está preparado para huir con ellos. Le dan un laboratorio de ensueño y prometen proporcionarle cuanto necesite para sus experimentos. Por fin. Pronto, será el origen de un ejército de superhumanos y todos se arrepentirán de haberle tomado por loco.
Era un día de autobús, pero si quieres ver cosas hay que hacerlo. Tardamos casi tres horas en llegar a Blois, en el autobús nos dieron bastantes datos sobre el valle del Loira y el castillo que íbamos a visitar. Como en todos los sitios que no son España, generalmente castillo significa palacio. Lo cual no resta belleza ni atractivo.
Castillo de Blois
Dieron una hora y media para visitar el castillo por dentro, pero es uno de esos sitios para echarle dos y hasta tres horas. El interior está muy cuidado y además hay muchísimos carteles explicativos que no pude leer por falta de tiempo. Aparte de toda la historia que tiene, con arquitectura barroca, renacentista y neoclásica derivada de las numerosas reformas, había numerosas obras de arte. El pueblo creo que tampoco tendría desperdicio y daba para echarle el día pero no vimos nada porque no nos dejaron ni acercarnos.
Loira - Castillos de Blois y Chenonceau
Luego, fuimos a comer a un pueblecito, Amboise, que también tenía un castillo al que hicimos la foto de rigor. También vimos una gigantesca estatua de Leonardo da Vinci porque es el pueblo en el que está enterrado. Pero de nuevo no vimos el pueblo ni entramos al castillo porque Chenonceau estaba a apenas media hora.
Castillo de Chenonceau
Si el anterior castillo destacaba por sus interiores y sus estancias, Chenonceau por lo que destacaba era por los extras. Las cocinas eran una pasada, igual que la botica, y los jardines y edificios de alrededor no carecían de interés. En este caso, las dos horas que nos dieron de tiempo libre me parecieron más que correctas.
Castillo de Nantes
Nantes
Y finalizamos la visita con otro par de horas o más de autobús para llegar a Nantes. Empezamos el día siguiente con una panorámica en autobús de la ciudad, con una bajada para fotografiar la estatua de Julio Verne niño y el capitán Nemo. Luego volvimos a bajar del autobús al lado de la catedral, que por desgracia estaba en obras, así que no pudimos entrar.
Luego nos llevaron al castillo, y nos dieron algo de tiempo libre aunque no llegué a entrar porque probablemente daba para mucho. La ciudad es preciosa, pero el tiempo era muy limitado, así que bajé hasta una plaza más o menos alejada pero asequible antes de volver a la catedral y meterme en el autobús dirección Vannes.
Un nuevo lanzamiento de dados, aquí va el vídeo enseñándolo:
Una cuestión de futuro
No salían las cuentas. La competencia de los demás espectáculos era feroz y tenía que encontrar algo extraordinario que diferenciara el suyo. Así que Davo llegó a la conclusión de que debía explorar el mundo en busca de nuevas maravillas y emprendió un largo viaje con el dinero que le quedaba.
Conoció todo tipo de culturas y encontró animales interesantes, pero ninguno era lo bastante especial como para mantener el interés de la gente mucho tiempo. Por eso buscó regiones incluso más remotas, a las que solo se podía llegar con un trineo.
Allí, por fin, encontró lo que andaba buscando: unos animales extraordinarios, compuestos por un orbe ocular gigantesco y dos patitas. Decidió llevarse un par, pero entonces uno de ellos le miró fijamente y Davo vio el futuro: ninguna de las criaturas sobreviviría al viaje, ni siquiera sus cuerpos llegarían enteros.
De alguna manera, Davo supo que la visión se haría realidad y por un momento maldijo su suerte, pero luego pensó que tenía una ventana al futuro y debía aprovecharlo. Vender a la gente el acceso a ese conocimiento sería muy lucrativo, y solo él sabía dónde encontrar a los Ojos. Pero otra criatura volvió a mirarle y pudo ver cómo el secreto de dónde se encontraban se expandiría rápidamente, provocando una migración masiva a la zona, su degradación y la extinción de las criaturas.
Maldijo su suerte otra vez, pero no se rindió y decidió que dejaría a las criaturas en paz, pero no sin antes abordar su propio futuro. Así, pensaba en una cosa (ir a tal sitio o a tal otro, abrir un tipo de negocio, volver a estudiar, invertir en acciones) y esperaba a que una de las criaturas le mostrara lo que sucedería. Había futuros magníficos, otros terribles, otros mediocres y otros emocionantes, y curiosamente a veces la diferencia entre uno y otro era una decisión insignificante.
Había muchos que le gustaban, pero tenía que elegir con cuidado. Por desgracia, las criaturas solo podían mostrarle los hechos, no cómo se sentiría él. Podía llegar a tener una vida magnífica pero vacía, emocionante pero agotadora, mediocre pero feliz. Así pues, aunque en principio pudiera ser un futuro prometedor (tampoco era tan tonto como para no descartar los futuros en los que acababa mal), no dejaba de ser un riesgo.
Al final, decidió echar a suertes por cuál se decantaría. Una cuestión de futuro que dependería de dónde cayera una estúpida piedrecita. Se sintió tonto, y sintió que las criaturas le juzgaban también, pero aun así lo hizo y por fin tomó su decisión. Entonces recogió sus cosas y nunca más miró atrás.
Cuando se marchó, los Ojos se sintieron aliviados. Eran simples telépatas, no veían el futuro. Solo querían que el humano se largara de ahí y les dejara en paz, así que habían jugado con su mente para conseguirlo. Se arriesgaban a que el futuro que le habían prometido no se cumpliera y volviera a por ellos, pero según pasaron los años se fueron relajando. Quizás había muerto en el regreso a casa, o quizás habían acertado después de todo. Nunca lo sabrían, pero en el fondo les daba igual.
Como el punto de partida y final del viaje a Francia era París, tenía dos tardes y una mañana enteras para disfrutar la ciudad. Esta vez fueron visitas menos típicas, porque ya había hecho un extenso viaje a París:
Al final, a lo tonto, esta segunda-tercera vez que visité París disfruté
mucho más la ciudad. No me entusiasmó la primera vez, me pareció bonita
y ya, quizás porque es un sitio para callejear y perderse, y meterse en
los sitios, pero yo fui de monumento en monumento. Quizás porque el
ambiente en verano es radicalmente distinto. Además, me sigue quedando el Louvre, Versalles y Sant Dennis (nueva incorporación).
Tour de librerías en inglés
Esto puede sonar un poco raro, así que lo pondré en contexto. Mi primer plan fue ir a Versalles, pero lamentablemente no había entradas y no me iba a desplazar hasta ahí solo para ver los jardines. Así que decidí tomarme la tarde con calma y hacer una de las pequeñas cosas que se me quedaron pendientes en la anterior visita: entrar en la mítica librería Shakespeare & Co.
Está masificada y hay cola, pero a pesar de ello no ha perdido nada de su encanto. De hecho, tienen toda la primera planta reservada para que la gente se siente cómodamente y lea con tranquilidad los libros que le apetezcan.
Es en inglés, pero yo iba con la idea de comprarme uno de los libros de Lupin que no se llegaron a traducir al español, así que, aunque salí con un libro y una bolsita muy cuca, no había cumplido el objetivo. Google me señaló un par de librerías más por la zona que estaban abiertas, así que probé a ver, pero todas estaban en inglés (irse a París para comprar libros en francés y encontrar libros en inglés 😶).
De relax en los jardines de Luxemburgo
Luego me fui a los jardines de Luxemburgo que, además de tener fuentes y estatuas súperchulas (como la fuente de los Médici y la Estatua de la Libertad, o las muchas estatuas de mujeres eruditas de la historia), es un buen sitio para pasar la tarde. De hecho, había un concierto de blues en directo que molaba mucho, y ahí me quedé un buen rato mientras cenaba.
Iglesia de San Severino, Fuente de los Medici en los Jardines de Luxemburgo, terraza del museo de Cluny
Iglesias preciosas de París
Durante el callejeo, me encontré con una iglesia preciosa, la de San Severino, a la que por supuesto entré. Aluciné con sus vidrieras, y eso me dio la idea de hacer un tour por las iglesias de París. Ya había visto la Sainte Chapelle (imprescindible, aunque sea de pago y carísima), así que pregunté a nuestro guía cuáles eran las mejores para visitar en mi segunda tarde en París.
Las que me recomendó fueron las iglesias de San Eustaquio, San Gervais y St. Paul, que son realmente especiales. Además, en la de San Gervais me encontré con un concierto de órgano gratuito.
Después. bajé hasta el Sena y pasé desde la altura de Notre Dame hasta el puente de Alejandro III, que estaba cortado por las Olimpiadas. Desde ahí subí andando hasta el Arco del Triunfo y acabé mi visita a París por ese día.
El museo de Cluny
La última mañana la dediqué a visitar el museo medieval de Cluny. Está emplazado en las ruinas de una abadía y contiene verdaderas joyas, aunque sin duda lo mejor son los tapices de la dama y el unicornio. Le dediqué poco más de dos horas a la visita, y me pareció variado y completo. La entrada son 12€ y los carteles principales están en español, inglés y francés, pero los de detalles solo en inglés y francés. Muy recomendable.
La consigna era crea un relato en el que aparezcan al menos 7 sabores. Dado que solo conocía cinco, me complicó la vida.
Festival de sabores
Era un día especial y quería ofrecer a sus suegros un festival de sabores que no olvidarían. Sabía que les chiflaba la comida española, así que pronto tuvo el menú claro: unas patatas bravas con unas cuantas salsas saladas y picantes para abrir boca, unas croquetas de jamón ibérico para seguir con un sabor umami potente, unos calamares aderezados con limón para que tuviera toque ácido, todo acompañado por una ensalada de espinacas y anchoas con un toque amargo y vino tinto como perfecto astringente. Finalizaría con unas deliciosas torrijas tan dulces que eran irresistibles.
Se pasó el día en la cocina preparándolo y lo presentó todo de forma muy vanguardista; una mesa de foto. Pero ellos no podían contentarse, no. Tenían que quejarse y, en cuanto ella abandonó el salón un momento, les oyó decirle a su chica:
-¿Pero no estábamos de celebración? Para comer esto, nos habíamos ido a un bar de tapas.
Contuvo su rabia y se dijo que no pasaba nada. Ya no tendría que aguantarles muchos desplantes más. Cuando llegaran al postre, sus papilas gustativas estarían tan saturadas que no percibirían el sabor del veneno, de acción lenta y casi imposible de detectar. Por fin se libraría de ellos.