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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

miércoles, 5 de septiembre de 2018

La acosadora, un microrrelato

Hola a todos. Hoy tocaba escribir algo con vuestra aportación. En la última entrada pidiendo palabras para hacer un relato corto recibí cinco, lo cual es demasiado para un microcuento, por lo que lo dividiré en dos, en estricto orden de llegada. Así que el relato de hoy llevará las palabras cobertizo, acosadora y rutina, aportadas por Rubén, Dahlia y Amalia.

 La acosadora

La rutina de la acosadora era sencilla: se levantaba temprano y se colaba en el cobertizo del jardín del vecino de su escritor favorito. Luego, se subía a la inestable estantería de los botes de pintura para alcanzar el ventanuco y, desde allí, le observaba con sus prismáticos hacer las tareas domésticas, trabajar con el ordenador (aunque se pasaba la mayor parte del tiempo mirando por la ventana) y ver la televisión. Solo le perdía de vista cuando cogía el coche para hacer la compra: por desgracia, no podía seguirle. Como no quería perder detalle, no podía trabajar, de modo que había vendido todas sus posesiones, incluida su moto, para poder mantener sus frugales gastos.
Toda su rutina empezó a desmoronarse cuando él cambió sus hábitos: empezó a hacer ejercicio en vez de ver la televisión, a escribir mucho sin mirar tanto por la ventana y a salir más de casa. La acosadora trató de seguirle más de una vez, incluso llegó a robar una bicicleta para ir tras él más fácilmente. No obstante, no descubrió lo que pasaba hasta que, un día, una mujer llegó a la casa, llamó al timbre y, cuando él abrió, se besaron con ansia.
La acosadora se quedó estupefacta, pero luego la rabia pudo con ella y se puso a golpear cuanto tenía a su alrededor. Fue demasiado para la enclenque estantería, que se desmoronó.
Meses después, el propietario del cobertizo percibió un olor extraño y decidió entrar para hacer algo de limpieza. Al abrir, encontró un cadáver aferrado a unos prismáticos, rodeado por los restos de madera de la estantería, los cubos de pintura y una bicicleta robada. Nunca supieron quién era ni qué hacía allí, así que dedujeron que una vagabunda que había buscado refugio algún día de invierno.
La extraña situación, sin embargo, fue la gran inspiración del escritor que vivía en la casa de al lado, que escribió un bestseller que comenzaba con la aparición de una misteriosa mujer asesinada en un cobertizo.   

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1 comentario:

  1. Muy buen relato.
    Te invito a pasarte por mi blog.
    https://milirio.blogspot.com/
    Besos.

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